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miércoles, 5 de abril de 2023

ZURICH MARATÓN DE SEVILLA 2017

 ¿Cómo se llega hasta este punto? Pues bien, creo que hay una mezcla de situaciones que hacen que termines corriendo 42 kilómetros: afán de superación, ingenuidad y algo de locura, porque las grandes historias empiezan con un "¿cómo llegue a hacer esto?". Los primeros días de 2017 fueron de hacer pruebas médicas, de mentalizarse MUCHO, de entrenar y de nervios. Cuando te enfrentas al "monstruo", ya no hacerla sino enfrentarse a él, es normal que tus sensaciones sean numerosas y que no puedas describirlas todas, digamos que hasta te quitan el sueño.

Lo máximo a lo que llegué es a 30 kilómetros pero de ahí a 42 había ya un trecho. Es la experiencia más cercana que he tenido, la pregunta de todo esto es...¿Qué pasaría en los 12 kilómetros de más que eran territorio desconocido?.

Pero dejémonos de literatura y entremos en faena, escogí Sevilla porque era completamente llana y para debutar en maratón era perfecta, Madrid quedó descartado porque su maratón tiene fama de dura y no es motivo para empezar tan a lo bestia. 

Sábado 18 de febrero

Esta vez tocaba viaje familiar, mi familia sería testigo de mi debut en la reina de todas las distancias. Salimos en tren de la estación de Atocha a eso de las 9:00 para terminar llegando a Santa Justa a eso de 11:35, después transporte privado hasta el hotel, dejamos equipaje y a por el dorsal. Tuvimos que ir al Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla., la feria era bastante grande y completa había muchos stands, una pena no haber podido ver muchos de ellos, la verdad es que quería ver Sevilla más que otra cosa ya que la última vez que fui no pude verla debidamente y fue hace mucho.

Fuimos hacia Plaza España por aquí pasaría el kilómetro 37-38 de la maratón, dimos un paseo corto por la zona y fuimos a comer a un restaurante andaluz cerca de la zona de la Giralda. Paseamos por el centro de la ciudad, tampoco mis acompañantes estaban muy en plan turístico, la verdad es que lo terminaría agradeciendo porque como sabéis no es nada recomendable hacerse grandes caminatas el día previo de una maratón.

El resto del día fluyó de forma tranquila descansando en la habitación, tuve un pequeño sobresalto vi que en el equipaje no traje calcetines óptimos para correr así que tuve que hacerle una visita al Corte Inglés, si me hubiese dado cuenta antes hubiera comprado en la feria donde recogí el dorsal, cena tranquila con buena carga de carbohidratos a la habitación y a descansar que mañana tocaba el día D.


                                           A la entrada de la Feria del corredor

Domingo 19 de febrero

Llego el gran día, el día D, era todo o nada, me levanté con mucha calma y serenidad a eso de las 6:15. La carrera empezaría a eso de las 8:30, desayuné lo mismo de siempre, no hacía falta experimentar ese día, visita al baño y.... primer contratiempo, el taxi que nos llevaría a la zona de salida no llegaba lo pedimos ayer y no estaba a la hora acordada. Por la calle había algunos corredores en la misma tesitura, a ver como llegaban a la zona de salida, el taxi llegó con 15 minutos de retraso pero llegó un poco antes de que nos largásemos. Íbamos con el tiempo justo, llegamos a 1 kilómetro de la salida, la calle estaba cortada no podían pasar coches así que salgo dejo la ropa de más a mis acompañantes: besos, abrazos, suerte y a darle duro. Ahí voy a por el momento que tanto estaba deseando, me planto en algún lugar de la salida, la verdad es que era todo un caos no había cajones ni organización y parece que nadie se aclaraba. Por ese lado podría suspender la carrera porque por un momento Sevilla fue un caos.


                                                    En el lugar de salida

Pistoletazo de salida, había una cola muy larga de un poco más de 10.000 corredores para salir tardé 8 minutos hasta que crucé el arco de salida. Pero ahí vamos, con mucha calma y serenidad, eso me repetía una y otra vez: calma, calma, calma,... coge un ritmo y mantenlo. Acorde a las estadísticas de carrera rondaría los 5:20 min / km, la verdad es que no es mi ritmo habitual normalmente le doy un puntito más de caña pero aquí quería ir con mente fría. Los primeros 10 kilómetros se me pasaron como si nada, lo cual me sorprendí hasta yo, casi no me di ni cuenta, tenía la mente tan concentrada que ni me fijé ni fui consciente de lo que llevaba hecho, recuerdo que este tramo pasaba al lado del Guadalquivir. 

Del kilómetro 10 al 15 discurríamos por una zona residencial que tampoco tenía mucho más, este parcial lo paso a 5:30 min / km. Sensaciones buenas pero con calma, una vez llegado al kilómetro 15 a por el 21 y ya solo faltaría la otra mitad. De este tramo poco puedo comentar no me acuerdo excesivamente, más zona residencial si conocéis Sevilla sabréis que los lugares de interés tienen la ventaja de estar concentrados en una zona, el resto de la ciudad es zona residencial.

Llego al 21 con buenas sensaciones, no muy cansado pero sereno aun me queda la otra mitad, aquí me olvido por un momento de los parciales y apunto al 30, si llego a este kilómetro sería todo un subidón ya que como he oído decir a muchos: si llegas al kilómetro 30 ya tienes la maratón hecha por pura tozudez no la dejas ahí salvo que te de la pájara.

Hay que admitir que el hecho de llegar tan "fresco" al kilómetro 21 fue gracias a que se trataba de un circuito completamente llano, sin lugar a dudas era llanísimo, solo encontré un pequeño repecho a la altura del 21. Del kilómetro 21 al 30 todo fluía sin problemas todo ello en un tiempo de 5:25 min/ km, muy contento con mi carrera porque había mantenido mi ritmo durante 30 kilómetros que de eso se trata. Ahora entraba en territorio desconocido, del 30 al 35 que me depararía, la verdad es que más de lo mismo solo que esta vez íbamos por una avenida muy larga y mi ritmo era de 5:32 min/ km. Llego al 35 y por un momento digo: esto esta hecho seguí a mi ritmo, paso el kilómetro 36 y aquí toda la historia da un giro de 360 grados... bajón que bajón ¿qué había pasado? es como si alguien hubiese pulsado un botón y me hubiese apagado en ese momento, mis piernas estaban muy pesadas notaba el cansancio en las piernas de los 36 kilómetros que llevaba, mis respiraciones eran muy muy exageradas, mi ritmo había caído a 6:00 min / km. Había oído hablar de el muro del corredor, ¿realmente era esto? no lo había sentido en mi vida, explicarlo en detalle con palabras sería tan difícil... sería como explicarle el color a una persona ciega. Del kilómetro 36 al 38 pasamos por Plaza España, esta parte me la haría corriendo si o si quería vivirla como tal, me costó la vida. 

Una vez salí del parque tenía que aminorar sea como sea intercale caminar con correr como podía, en serio el cuerpo no me daba para más, me paré una vez a que me diesen Reflex en las piernas, del 38 al 40 ya pasábamos al lado de la Giralda y la Catedral de Sevilla, aquí había gente animando cosa que a lo largo de la maratón ni hubo. Llego al kilómetro 40, sabía que el 41 estaba en el Estadio de la Cartuja donde estaba el último kilómetro de la maratón, seguí medio caminando medio corriendo y.... ahí estaba el Estadio... el letrero que ponía 41...pequeña subida y bajada de entrada al estadio en este momento algo pasó recuperé el ritmo de los primeros 36 kilómetros. Cuando salí a la pista y vi el estadio entero vacío... sentí la inmensidad imagine que estaba en la final del mundo a punto de chutar el gol de penalti que daría a mi equipo la victoria definitiva. Corrí y saboreé este momento como si me fuera la vida en ello y ahí estaba el arco de llegada,  a 400 metros de mí, paso el letrero de 42 kilómetros y esos 195 metros los esprinto como puedo para pasar el arco en 4:01:31. En el momento en el que estoy escribiendo esto me he emocionado, es una sensación tan única que nunca jamás la vas a olvidar, en este momento sientes liberación, te sientes como Frodo cuando tira el anillo al Monte del Destino y dices..."ya está".

No sabes que pensar, has hecho la maratón y no sabes que decir... solo sabes que algo maravilloso acaba de comenzar....


                                 Una foto para la posterioridad, saboreando la gloria

PD: en la estación de Santa Justa, después de haber comido y estar esperando al tren con unas agujetas de campeonato, le digo a mi madre: "ahora entiendo eso de que un momento de dolor justifica una vida de gloria"

 

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