Después del maratón de París tuve un parón de mes y poco en lo que se refiere a competición y a su vez no salieron mis planes para poder hacer el medio maratón de Lugo por temas de dinero y logística. En esta situación me puse a buscar otra carrera para poder suplir la falta de la media de Lugo.
Di con el medio maratón rockero de Villaverde, para los que lleven tiempo en esto del running y sean de Madrid igual les sonara esta media. Su última edición se realizó en el 2017, o 2018, y desde entonces no se ha vuelto a celebrar. Era una carrera relativamente sonada y con buena fama, en esos años el running no era tan popular como ahora el cual ha pegado un salto bien grande gracias a las RRSS. Solo hay que ver los datos de participación del medio maratón de Madrid como han ido evolucionando a lo largo de los años.
Me apunté por un módico precio de 12 euros y aquí empezaron mis primeras sospechas de que esta carrera daría lo justito. La edición de este año se iba a celebrar el 20 de marzo pero por las lluvias tan repetidas que hubo en Madrid en el mes de marzo (se desbordó el Manzanares) tuvieron que cancelarla y buscar nueva fecha, dicha nueva fecha sería el 25 de mayo. Me apunté a 4 días de anunciar el nuevo recorrido oficial el cual para mi sorpresa no se parecía en NADA al original el cual discurría por el Manzanares y el casco antiguo de Villaverde, este nuevo recorrido era una vuelta por una zona puramente residencial de Villaverde. Esto termino haciendo que cambiase todos los planes y pidiese apuntarme a la carrera paralela de 10 km en lugar de la media. La media iba a ser dos vueltas a un circuito que como ya dije encanto 0, y además acertaría con realizar este cambio pero vamos por partes.
El día 23 de mayo recojo el dorsal en el auditorio Plata y Castañar en Villaverde, al llegar veo una cola relativamente larga, solo había una persona para repartir los casi 700 dorsales que sumariamos entre las 2 distancias. La recogida me llevo unos 40 min, ya de primeras no pintaba a ser una carrera bien preparada, el domingo mis sospechas se confirmarían.
El 25 de mayo me levanto temprano, desayuno, visita al baño y a Villaverde. La prueba daría comienzo a las 9:30 en el mismo lugar donde se repartieron los dorsales, llegué con una hora de antelación. El ambiente era de carrera popular de barrio, la gente que corría tenía pinta de ser del barrio o de aledaños: Getafe, Leganés. Había un arco de meta y 4 baños portátiles los cuales eran de agradecer, a las 9:20 me dispongo en la zona de salida y no salimos hasta casi las 9:40. El sol pegaba fuerte y la temperatura era alta, calculo que 25-26 grados, la carrera iba a tener ese punto de dificultad añadido.
Arco de salida y llegada
Al dar comienzo la salida y recorridos los primeros 300 metros, nos encontramos el primer problema, nos metimos en un parque a través de un camino de tierra muy estrecho por el cual no entrarían mas de 2 personas hombro con hombro. Se formo un efecto embudo y fue bastante molesto poder coger un ritmo, pero afortunadamente pude cogerlo y adelantar a unos cuantos corredores. Mis sensaciones a pesar de la estrechez del camino y del calor que hacia eran muy buenas, me sentía bastante bien.
Los 3 primeros kilómetros caen sin ningún problemas, salvo un repecho algo serio en el kilómetro 2 no se me planteaba un recorrido duro. A partir del 3 daríamos un ida y vuelta por un parque el cual no tenia absolutamente ningún encanto y no había sombra que nos cubriera, este tramo fue el más duro física y psicológicamente. Lo único destacable es que improvisaron unos barreños con agua para que pudieses echártela por encima, lo cual era de agradecer.
Pasado el vaivén llegamos al kilómetro 5 pasando antes por una pequeña cuesta al lado de una avenida y una entrada de nuevo al parque a través de un camino de tierra, aquí estaba el avituallamiento del kilómetro 5 el cual para mi sorpresa era muy surtido con frutas y agua en vasos. A esta altura me alcanzan los primeros corredores de la media los cuales salían 10 min más tarde que nosotros, a pesar de que nos juntamos las dos distancias no fue extremadamente molesto.
Los últimos 5 kilómetros discurren por zonas puramente residenciales con más bajada y llano que subida. En estos momentos mis sensaciones siguen siendo muy buenas y no aminoraba el ritmo a pesar del calor, desde casi el principio de la carrera ya sabía que podía ir a por marca.
El último kilómetro y medio era en línea recta completamente, se podía divisar el arco de meta al final, personalmente odio esto porque es cansado psicológicamente y si encima pasas por una zona sin árboles totalmente expuesta al sol con el calor que hacia se te hace una sensación de desierto.
Llego a meta esprintando los últimos 100 metros y paso el arco de llegada en un tiempo de 50:56, en neto 50:46, puesto 140/429. Estaba bastante satisfecho con el tiempo sacado a pesar de las condiciones climáticas y el recorrido tan pesado psicológicamente que era. En este momento agradecí haber hecho los 10 km porque si llego a hacer la media tendría que repetir el recorrido pero con más calor y encima con los avituallamientos sin agua, los cuales se quedaron sin ella. Esto último me parece un error imperdonable y más en un día con tanto calor.
Mi paso por la Villaverde rockera
La zona de avituallamiento post carrera ofrecía frutas surtidas y agua, a parte de haber un DJ tocando. Fue una carrera que aspiraba a recuperar el espíritu de el medio maratón rockero, pero tal y como se hizo no fue ni la sombra de lo que era. A las 12 había paella para todos, pero pasé y me fui a casa a descansar.
Había sido una gran carrera (en términos de registro personal y sensaciones) a pesar de las condiciones tan malas, antes de terminar la primera mitad de 2025 me quedaban otras dos pruebas de 10 kilómetros. La segunda mitad de 2025 la abriría por todo lo alto con EL MARATÓN DE VARSOVIA.
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