Para recibir marzo y continuando con la preparación de cara a el maratón de París me decantaría por esta famosa prueba de la sierra madrileña, la cual realizaba en Collado Villalba y es famosa por tener un circuito donde se mezcla naturaleza con asfalto junto con su muy buen trato al corredor. Intenté realizarla hace años pero por motivos que ahora desconozco no la realicé, pero de este año no pasaría.
La Tragamillas tiene dos modalidades una de 21 kilómetros y otra de 10,5 que es más reciente, me decanté por la segunda ya que todavía llevaba en las piernas las secuelas de las en parte duras medias de Plasencia y Alicante. Recogí el dorsal el día 1 de marzo en un concesionario Peugeot de Collado Villalba, la verdad es que no eligieron el mejor lugar ni horarios para repartir ya que el lugar no tenía un parking adaptado para muchas personas y los horarios de reparto eran de 2-3 horas. La bolsa del corredor era surtida y tenía bastantes cosas, aun me tendrían que dar más cosas mañana, la camiseta muy chula.
El día 2 de marzo desperté con el peor pronóstico climático posible: lluvia, frío y nieve. Por estas fechas en Madrid nos esperaban unos días de frío bastante duros y si encima tenemos en cuenta que esta carrera era en la sierra pues ya iba con el combo completo, solo tenía que agradecer que no hice la media porque la hubiera sufrido de lo lindo, esta también la sufrí pero vamos por partes.
La carrera empezaría a las 10:30, a las 10:00 empezaría la media, llegar allí y aparcar no fue difícil lo peor fue el clima. Llevaba un cortavientos con el que termine corriendo, pensaba que me lo quitaría antes de empezar la carrera pero aun llevando térmica el frío se me hacia demasiado penetrante.
A las 10:30 salimos con un pequeño retraso de 3 minutos, aquí empezó a nevar bien fuerte y la verdad que dejó de tener su gracia. Salí con el pensamiento de terminar, no estaba disfrutando nada esta situación, yo sabía de antemano que haría frío pero de ahí a esto ya era otro tema. Los 2 primeros kilómetros los paso sin mucho problema pero la situación era que el terreno no era llano para nada, era todo o subida o leve bajada. Llegamos al paso elevado que cruza la A6 el cual era subida algo dura y bajada algo potente, después nos esperaría un tramo un poco llano, las piernas notaba que me pesaban no sé si porque iba demasiado rápido, el clima que te deprimía, la sobrecarga de correr que tenía o una mezcla de todo.
Llegamos al kilómetro 4 que resultó ser la zona más animada y donde había un desvío para los de la media, el sube-baja junto con el falso llaneo continuaba y no tenía pinta de dar tregua ya que a partir del kilómetro 5 nos esperaba el tramo más duro de la prueba. Llegué al kilómetro 5 con muy serias ganas de acabar este suplicio, me estaba costando la vida y tuve que aminorar el ritmo porque aquí llegaba la tan temida y potente cuesta y ahí estaban casi 2 kilómetros de dura pendiente con un par de tramos de tregua pero que no eran suficientes para quitarle dureza. No negaré que hubo momentos en los que tuve que parar y coger aire o incluso subir partes a trote, como apunte en el kilómetro 6 pasamos por una zona de tierra con un pequeño túnel mas propio de una peli de cine kinki o de terror según se mire.
Llego al kilómetro 7 como buenamente puedo, sabía que había perdido mucho tiempo en completar este tramo. En este momento ya estoy algo más animado sabiendo que lo peor paso y que me quedaban 3,5 kilómetros para llegar, además que el circuito se suavizaba un poco, quitando un camino de tierra con algo de cuesta en la cual irremediablemente tuve que frenar un poco. los últimos 2,5 kilómetros los saco a una velocidad bastante acorde pasando por la zona vieja de Collado Villalba la cual me la esperaba más bonita, será que vine con altas expectativas. Lo más reseñable es que no había casi animación pero es que claro con el día que hacia ¿qué animación podíamos esperar?.
Llego al kilómetro 9 donde hay un desvío para los de la media y otro para nosotros, nuestro desvío nos llevaba directamente a la pista de atletismo donde estaba la meta, este último kilómetro y medio es casi por tierra menos unos 150 metros. Llegamos a la pista de atletismo que al final resultó ser el tramo más llano de la carrera, en este momento mantengo una velocidad que considero buena para el reventamiento que llevaba encima. Paso la llegada en 58:52, en neto 58:38, no era un buen registro para lo que estoy habituado a hacer, se hizo lo que se pudo en unas duras condiciones ya no solo a nivel personal sino a nivel climatológico y de altimetría. Por otro lado el circuito era de 10,5 kilómetros habría que quitar 2 minutos y algo a ese tiempo para hablar propiamente de un registro de 10 kilómetros pero ni con eso era un buen registro. Lo que si me sorprendió es la posición: 182/355 casi a la mitad aun habiendo realizado una carrera bastante mala.
El servicio post meta era bastante bueno, ofreciéndonos todo tipo de avituallamiento: agua, barritas, frutas, bocatas, zumos,... creo que el trato al corredor fue muy bueno. Ya con todo en mi poder me dirigí al coche y para casa, con lo sudado que estaba y el frío que hacía solo quería darme una ducha caliente y descansar lo que quedaba del domingo. En dos semanas habría que enfrentarse con mucha cabeza a los 15 kilómetros de la Metlife, desde luego en unas condiciones climatológicas mejores que las de esta prueba.
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