Primer gran reto del año, hay gente que cuando realiza y termina una maratón se da por satisfecho y no ve la necesidad de seguir realizándolas, este no es mi caso. El 8 de abril me estaba esperando Roma, a esta carrera llegué con versiones contradictorias de gente que ya la había realizado: hay gente que decía que era suave, otros que complicada pero sin ser muy dura y otros decían que era muy dura. La verdad es que estaba algo confundido lo que sí me quitaba el sueño era una cuesta en el kilómetro 30 y otra en el 41 que iban a pasar factura porque no es lo mismo hacerlas a esas alturas que hacerlas cuando llevas 10 kilómetros o menos, también me hablaron de los famosos últimos 5 kilómetros de adoquinado los cuales te terminaban de rematar. Lo peor de la maratón de Roma se encuentra en el tramo final de la misma y eso desmotiva bastante.
Este iba a ser un viaje familiar, salimos desde Barajas el viernes 6 de abril a las 19:00, íbamos a llegar tarde y solo podríamos ir al hotel a descansar, el hotel estaba situado cerca del Coliseo y por lo tanto cerca de la zona de llegada de hecho el final de la segunda temida cuesta estaba a 100 metros de la puerta del hotel.
Sábado 7 de abril
Nos levantamos muy tranquilamente, ahí afuera tenemos a la Ciudad Eterna esperándonos, como estábamos cerca del Coliseo había que aprovechar. Fuimos por la avenida donde daría comienzo la carrera y a su vez donde terminaría, una vuelta por el Mercado de Trajano y el Foro Romano y a recoger el dorsal en la feria. De todas las ferias de corredor que he visto la de Roma es la más impresionante con diferencia, a la llegada nos encontramos un reloj enorme que daba la cuenta atrás para que empezase la maratón, una vez dentro la cantidad de stands y de casetas con artículos de running que hay es abrumadora, ahí lo tienes absolutamente TODO. La recogida del dorsal es muy cómoda y sin apenas colas, tomando camino a la salida me hago las fotos reglamentarias y paso por unos stands donde ofrecían información de carreras de lo más variopintas: por Albania, Eslovaquia, Marruecos, Líbano... hasta Irak tenía un stand. Podría haberme quedado más tiempo a disfrutar de la feria, pero entre esto y ver Roma...creo que la opción que cogí es la más obvia.
Como buenos turistas hicimos lo acorde: ver Roma. Primero fuimos a Ciudad del Vaticano donde echamos un rato contemplando la Basílica de San Pedro (impresionante) y después nos dirigimos al Castillo de Sant Angelo. En ese momento tocaba comer y eso hicimos, nos dirigimos a la Plazza Navona donde comimos en un restaurante romano auténtico, la falta de pizza y de muchas pastas a las que estamos acostumbrados corroboraban su autenticidad. Después de una comida tranquila, a ver el Panteón junto con la Fontana di Trevi. La verdad que tuve que reprimir el hecho de tomarme un aperol o una cervecita con vistas a algún monumento, pero aquí iba con mente fría pensando en el maratón ya volvería a Roma para poder disfrutarla como se merece.
Había pasado a lo largo del día por puntos donde terminaría pasando la maratón, fuimos un rato a descansar al hotel y aquí es donde viene el bombazo, con todo el recorrido anteriormente descrito esta claro que no te puedes evitar preguntar.... ¿cuánto andaste? mi app de pasos daba la cantidad de 22.000 pasos!!!! acababa de reventar una de las normas básicas del maratón, no hacerse grandes caminatas el día previo. Con el hecho de que estaba en Roma me dejé llevar y terminé realizando el equivalente a una media.... en este momento si que estaba acojonado (no me sale otra palabra) iba a hacer una maratón posiblemente dura y había realizado este volumen de pasos.... Después de esto la metedura de pata ya la había cometido y solo tocaba cruzar dedos, salimos de tarde noche para ir a Piazza di Spagna y volver a Fontana de Trevi que de noche gana mucho, cenamos por los alrededores: pasta y pizza en un pintoresco restaurante, carga de carbohidratos y mañana que sea lo que tenga que ser. Me fui a la cama con cansancio de andar (había sido un día largo de hecho me sorprende todo lo que hice en un día) y con MUCHA incertidumbre.
Domingo 8 de abrilPues bien aquí íbamos ,como dije con incertidumbre pero sereno, me vestí listo para la batalla que tendría lugar, desayune lo de siempre y salimos dirección al coliseo: últimas fotos, doy útiles a mis acompañante y adentro de mi cajón de salida. Tuvimos que esperar un buen rato hasta que dio comienzo la salida, éramos muchísimos calculo que 10.000 o más. En el momento de la salida a las 8:40 una orquesta empieza a tocar el himno de Italia y ahí es cuando la carrera da comienzo, el momento fue muy emotivo, lo malo era la cantidad de gente que había para salir, tuve que esperar 10 minutos casi para pasar el arco de salida ya que al ser tantos e ir por olas.... Bordeamos a la izquierda, pequeña subida y luego una bajada que terminaría con otra subida y de ahí llano, había sido un comienzo un poco fuerte para ser una maratón. Al principio pasamos por las Termas de Caracalla en el kilómetro 4 pasamos al lado de la Pirámide de Cayo Cestio y en el 6 la Basílica de San Paolo. Fueron unos 6 primeros kilómetros muy vistosos, cruzamos el Tíber hacia el otro lado donde empezaban a su vez los avituallamientos, este es un punto fuerte de la maratón de Roma hay avituallamientos cada 2 kilómetros casi, con agua, isotónicas, esponjas y más adelante con barritas, frutas y geles. Por ahora ha sido la mejor maratón que he realizado en cuanto a avituallamiento se refiere.
Desde el kilómetro 8 hasta San Pedro (kilómetro 16) pasaríamos por Trastevere aunque no lo recuerdo mucho ni tampoco nada destacable ,estaba concentrado en la carrera, lo más destacable es la gente que se agolpaba a animar a los lados, el recorrido por aquí era mayormente llano con algún repecho, no obstante tenía la sensación de estar realizando un sube y baja muy leve.
Llego a San Pedro con muy buenas sensaciones y manteniendo el ritmo propuesto, el cansancio que pensaba que me pasaría factura no lo hizo, el objetivo aquí era llegar a la media, el tramo desde San Pedro hasta la media para mi fue el más llano de la carrera. Después de la media tocaría llegar al Puente Milvo que era el kilómetro 25-26, todo marcha bien... hasta... que cruzo el puente y de repente me vengo abajo, sí me vine abajo una sensación parecida a Sevilla pero esta vez más brusca y no tan al final de la carrera. En ese momento mi objetivo era llegar al kilómetro 30 con un ritmo mucho más bajo y a ratos pequeños andando, llego a la primera temida cuesta que era peor de lo que imagine, no pude subirla corriendo y lo hice a ratos andando. En este momento el calor empieza a apretar si durante el recorrido hizo una temperatura fresca aquí apretó el calor y encima húmedo, se había complicado todo muchísimo.
A partir de aquí fue una lucha muy bestia, estaba cansado, con un calor de mil demonios y por si fuese poco en los puestos de auxilio había un montón de gente lo cual desmotivaba. Cada vez que pillaba un avituallamiento hacía uso de las esponjas y tomaba agua o isotónico, a partir de aquí hice uso de todos, antes me saltaba alguno pero es que había muchos.
El tramo desde el 30 al 35 fue desastroso, caminaba y corría cuando podía, no me acuerdo de mucho salvo de que pasamos por un túnel y otra vez al lado del Tíber. Alterno correr con andar porque el cuerpo no me da para más. Del tiempo obviamente me olvide solo quería terminar.
Del 35 en adelante es donde comienza el temido tramo de los adoquines, no los sufrí porque ya ni corría andaba deprisa es que las piernas no me respondían para correr. Desde este tramo hasta el final es el más vistoso con diferencia pasas por el centro de Roma hay muchísima gente animando, agradecí verlo con calma y vivir el ambiente. Llegamos a la Piazza Popolo que es el kilómetro 37 más o menos, de ahí a Piazza Spagna que era el 40 y un poco antes del 41 la segunda temida cuesta por un túnel completamente oscuro, que todos subimos andando, no se veía absolutamente nada salvo el final del túnel donde estaría el tramo final del maratón. El hecho de ir andando a parte de cansancio era porque el tramo era adoquinado y encima había gente que tiro botellas con lo cual esto tenía mas dificultad. Salimos del túnel y enfilamos el último kilómetro en bajada, me vine arriba e intente correrlo pero a los 100 metros el cuerpo me paraba. Total que entro en meta casi andando de hecho un voluntario me pregunto si estaba bien. Fue una maratón MUY dura, ya no solo por el recorrido sino por el clima que le dio una dificultad extra. Eso sí, sentí un alivio enorme y la sensación de incertidumbre desapareció, disfrute la carrera aunque la sufriese mucho, hoy en día tengo mi medalla orgullosamente colgada en la pared y de hecho es la más bonita de las que tengo. Después de llegar al hotel andando cual zombie me duche y me cambié, la verdad es que sentí muchísima paz pero a un coste tremendo. El tiempo fue de 4:35:34 no fue tan malo si tenemos en cuenta todo lo que pasé: adoquines, cuestas y calor . Ahora solo tocaba comer e ir al aeropuerto, me fui a la cama extremadamente cansado, me merecía un buen descanso y a seguir que a finales de año tocaba el segundo gran reto. Volveré a Roma para poder disfrutarla sin prueba deportiva de por medio.