Ni estaba en mis planes ni me la esperaba, el 22 de septiembre realizaría la medio maratón de Valladolid. La razón de porqué me decanté por esta carrera es porque me valdría como última tirada larga antes de llegar al gran día 13 de octubre de 2019, a la maratón de Chicago.
Fue un viaje rápido ,más por la carrera que por turismo en sí, salí sábado 21 desde Moncloa en bus dirección a Valladolid. Me reuniría con un familiar, en este caso era el que vivía cerca de Ponferrada como Valladolid estaba equidistante para ambos quedamos allí directamente.
Nada más reunirnos fuimos a por el dorsal ubicado en una zona de polígono donde se alternaban discotecas poligoneras, restaurantes y alguna que otra empresa, un lugar de lo más curiosos para entregar un dorsal. El lugar daba un poco de mal rollo: entrabas en lo que parecía un edificio abandonado, seguías un letrero que ponía "reparto de dorsales", bajabas unas escaleras y ahí estaban en un aula de lo más austera repartiendo los dorsales, dos mesas, bolsas del corredor estoicas y adelante. Parecía más bien una mesa electoral antes que un reparto de dorsales, no había stands ni puestos de partners.
Al salir de aquel subrealista momento, decidimos comer en un restaurante cercano, no estábamos para buscar. Después fuimos al hotel donde hicimos check in, dejamos las cosas y fuimos a patear la ciudad. El hotel en sí nada del otro mundo pero por un día que íbamos a dormir tampoco me importó.
Dimos vueltas por Valladolid más por la zona céntrica que era donde estaba todo lo vistoso; Plaza Mayor de Valladolid, Plaza de Zorrilla, Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, Fuente Dorada e iglesias varias . Vimos donde empezaría la carrera y a la vez donde terminaría (en la Plaza de Zorrilla misma) acordamos vernos en un punto determinado. Hicimos entre medias una de las mejores cosas que se hacen por aquí: tapear y tomar unas copas pero con moderación, después de un pequeño paseo, cenar y otro pequeño paseo volvimos al hotel donde nos fuimos a la cama pronto ya que mañana tocaba madrugar. Dejé todo preparado para el gran día.
Domingo 22 de septiembre
Me levanté bien pronto para ir activándome poco a poco y estar planamente despierto de cara al reto que me esperaba hoy, después de desayunar lo de siempre visito el baño y me dirijo a la zona de salda a 400 metros del hotel. Empiezo a calentar y a correr por los alrededores creo que algo más de lo debido pero quería estar en forma.
Seríamos 1500 corredores calculo, lo cual no era una carrera agobiante, tendríamos que hacer 2 vueltas a un circuito de 10 kilómetros. En el momento que se da el pistoletazo de salida alrededor de las 9:30 salgo apretando e intento mantener un ritmo algo más acelerado al que estaba habitualmente, los dos primeros kilómetros costaron pero me puse con un ritmo acorde, el primer parcial discurría por una zona plenamente residencial pero llana. Del kilómetro 5 al 10 empezaría metiéndonos en un túnel y volviendo a tomar el llano esta vez íbamos por una línea recta larga que bordeaba el Pisuerga y unas zonas ajardinadas: plaza de Poniente y Parque de las Moreras todo ello para pasar al lado de la Iglesia de San Pablo y volver a Plaza Zorrilla. Mantengo un ritmo acelerado que n tengo problema en mantener en todo momento, de hecho completo la primera vuelta sin problemas.
Ahí dándolo todo
Las piernas me pasarían factura a partir del kilómetro 12, notaba que estaba dando demasiada caña no sabía en ese momento cual era mi ritmo exacto, solo sé que corría por encima de lo que estaba habituado a hacerlo, no aminoré en ningún momento no estaba por la labor, llego al 15 con toda mi voluntad de querer mantener ese ritmo. A la llegada del kilómetro 15 el túnel el cual paso sin problemas y más rápido de lo que imagine, encaro la larga recta apretando dientes, paso al lado de la iglesia y con toda mi voluntad encaro los 3 últimos kilómetros. El último kilómetro me sorprendió y casi me pone a prueba: me faltaba aire y mi cuerpo no paraba de decir basta, pero "un poco más", "un poco más" me decía. Y ahí estaba la meta a 300 metros después de doblar la última curva del Parque Campo Grande. Podría haber esprintado como muchas veces hago pero aquí no había fuerzas así que entro manteniendo el ritmo, paso el arco en....1:41:00 lo que viene a ser 4:47 min/kilómetro. En ese momento estaba eufórico, apretar había tenido su recompensa, era mi mejor marca en media maratón y fue aquí en Valladolid donde la obtuve. Ni yo mismo habría imaginado obtener una mara así, lo mejor de todo es el hecho de que fue un subidón moral de cara a la maratón que haría en 20 días.
Eufórico con mi vigésima media
Después de volver al hotel muy cansado, ducharme y cambiarme, dimos vueltas por Valladolid para buscar un restaurante donde comer (comimos muy bien por cierto) y ya vuelta a Madrid en bus de nuevo. Esta fue mi última tirada larga antes de la gran prueba del año, de la cual estaba nervioso y a la vez eufórico de poder empezar el gran reto de las majors. Se viene crónica gorda...